RETO MÓDULO 2- Buenas prácticas desarrolladas desde la Administración Pública #AprendeDiversidad
RETO MÓDULO 2- Buenas prácticas desarrolladas desde la Administración Pública #AprendeDiversidad
Este nuevo reto plantea buscar una BUENA PRÁCTICA desarrollada desde la Administración Pública para favorecer la igualdad de trato y de oportunidades y la no discriminación. En este caso, vamos a hablar de un programa para prevenir la soledad y el aislamiento de personas mayores.
1. Presenta la buena práctica que hayas elegido.
A finales de diciembre
de 2021 se presentó un proyecto pionero
de la Junta de Andalucía para detectar,
tratar y paliar la soledad no deseada en las personas mayores de Andalucía.
El protocolo es un documento único en la Comunidad Autónoma que hasta el
momento no contaba con ninguna herramienta unificada para combatir este
problema, que se está convirtiendo en una de las nuevas epidemias del primer
mundo.
El principal objetivo de este protocolo es romper el
aislamiento y la situación de soledad no deseada que viven muchas personas
mayores andaluzas, favoreciendo la promoción del envejecimiento activo y mejora
de la calidad de vida y bienestar mental. Se trata de uno los ejes incluidos en
el Plan Estratégico de Personas Mayores
de Andalucía 2020-2023, que se aprobó en 2020, 20 años después de que lo
mandatara la Ley.
El protocolo, que está dirigido a personas mayores de 55 años, busca implicar tanto a las Administraciones
Públicas como a los agentes sociales desde un enfoque local, en cada municipio,
barrio, zona o distrito. En ese sentido, se consideran “claves” para la detección
de la soledad no deseada agentes del ámbito familiar, vecinal, de proximidad
(como comercios, gimnasios, transporte público…), sociocomunitario, sanitario,
farmacéutico, asociativo, de ocio, laboral o de seguridad (donde se
encuentran las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Protección Civil…).
2. Analiza el ámbito o ámbitos en el que actúa esa buena práctica.
El proyecto se compone de tres fases, además de otras medidas de carácter transversal que se
irán desarrollando de manera paralela a la implementación del protocolo, por lo
que la intervención será continua y
sostenible en el tiempo. En la fase
inicial se han creado dos estructuras: la
Comisión Técnica de Soledad No Deseada, que deberá diseñar e impulsar un
plan de implantación territorial del protocolo de detección de soledad no
deseada y las Mesas Radar, que estarán
integradas por representantes de los Servicios Sociales Comunitarios, centros
de salud de la zona, Centros de Participación Activa, Ayuntamiento (a través
del área con competencias en personas mayores) y organizaciones del Tercer
Sector.
Puede ser la propia persona mayor, algún familiar o
amigo, los agentes claves de las zonas de trabajo o algún profesional de la
mesa de radar quien active el protocolo, trasladando la situación a las
entidades que componen la mesa ya sea verbalmente, por escrito o través del
Teléfono de Atención a las Personas Mayores de la Junta de Andalucía, el 900
858 381. En ese momento el protocolo establece que se realice una valoración
recabando información a través de una visita al domicilio o residencia de la
persona. Recabada esa información se elabora un informe que debe estar en el
plazo máximo de un mes desde que se detecta la situación.
Si el informe confirma que la persona se encuentra en
situación de soledad no deseada se activará la siguiente fase del protocolo, la intervención, que supone poner en
marcha el Plan de Intervención
Individualizado (PII).
3. Comenta, si los conoces, el impacto y resultados que ha tenido o tiene
esa buena práctica. Si desconoces esa información, comenta entonces el impacto
y resultados que consideras que podría tener.
La población andaluza se enfrenta a dos retos
importantes, por un lado la caída de la
natalidad y, por otro, el envejecimiento
progresivo, lo que provocará que un tercio de la población tenga más de 65
años en un horizonte de 50 años, según la Proyección de la Población de
Andalucía y Provincias 2016-2070 publicada por el Instituto de Estadística y
Cartografía de Andalucía (IECA), con los desafíos que suponen para el
sostenimiento del estado del bienestar, las pensiones, y un modelo de
envejecimiento activo.
Según el Estudio sobre soledad no deseada en personas
de 55 y más años en Andalucía, elaborado por la Consejería de Igualdad,
Políticas Sociales y Conciliación, el
47% de las personas andaluzas de 55 y más años se encuentra en soledad no
deseada. El sentimiento de soledad aumenta con la edad, siendo
especialmente preocupante a partir de los 80 años. Además, un 15% se encuentra
en riesgo de aislamiento social, cifras que aumentan entre los grupos de mayor
edad como consecuencia de la rotura o pérdida de la red de amistades y una
menor frecuencia de los contactos.
El Gobierno andaluz tiene un reto muy ambicioso, que
no es otro que volver a reivindicar las
relaciones de proximidad y cercanía que han marcado siempre el carácter de
los andaluces.
4. ¿Qué puntos fuertes y qué debilidades
consideras que tiene esta buena práctica?
Esta buena práctica tiene como punto fuerte la ayuda que
brinda a aquellas personas mayores que viven en Andalucía y que, además de
vivir solas, no cuentan con una red de contactos de amigos o familiares, al
considerarse un colectivo de mayor vulnerabilidad a la hora de sufrir
sentimiento de soledad y aislamiento.
De hecho, la distribución por edad de la población
andaluza responde a un modelo regresivo, típico de territorios envejecidos con
baja natalidad y mortalidad, en que el grupo de edad de personas entre 65-84
años (17,69%), es mayor que el de la población más joven (menos de 14 años,
15,25%).
Otro aspecto positivo a tener en cuenta son los
recursos que ya se ofrecen para paliar la soledad como el acompañamiento
presencial o telefónico. Ambos recursos llevan años funcionando y recibiendo mejoras.
Asimismo, se van incorporando nuevos servicios que conozco de primera mano,
puesto que tengo una vecina mayor, que vive sola, sin familia cercana, y pasea
a diario con un acompañante que va a su casa para estar varias horas al día con
ella, además cuenta con servicio de peluquería en el domicilio una vez al mes,
podólogo y sesiones de fisioterapia también en casa, que le benefician por su
condición de movilidad reducida.
Entre puntos débiles, comentan algunos cuidadores de estas
personas mayores que habría que controlar más la predisposición de estos acompañantes
de la Junta de Andalucía, ya que a veces no es la correcta, lo que repercute en
el bienestar de la persona mayor.
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